El ingenio de los aguascalentenses ha creado mucha y muy diversas artesanías, todas de gran belleza y calidad, como la marquetería, la cerámica de platos y jarros, la piedra pulida o áspera de molcajetes y metates.

Los sarapes y jorongos, los tejidos torcidos y amarrados, o combinados para dar forma a los sombreros, o bien las diminutas piezas de madera que se integran a piezas de gran tamaño creando impresionantes diseños.

Sin embargo, se destacan los lindos deshilados, con figuras de ornamento, que las ágiles manos de las mujeres hidrocálidas saben elaborar armoniosamente. El deshilado se ha heredado por generaciones y consiste en una técnica única en el mundo en la cual se sacan hilos de un tejido con una aguja especial con punta en forma de gancho; de este modo se forman grecas o figuras estéticamente hermosas. Esta técnica se aprende de generación en generación.

A partir del siglo XIX la obra gráfica de José Guadalupe Posada con sus grabados de “calacas y muertes”, ha inspirado una artesanía con este tema, principalmente la hecha con cartón.