En La Pintada hay dos componentes arqueológicos. El primero, dentro del cañón donde se encuentran las pinturas y grabados rupestres; y el segundo, está en el exterior, sobre la planicie aluvial del cañón, donde se localizan vestigios de diversos campamentos estacionales agrupados en una extensa área, donde se han encontrado pedazos de cerámica, herramientas de piedra, concha marina y artefactos de molienda.

En el cañón, la zona concentra más de 2000 pinturas rupestres que de acuerdo a los estudiosos están relacionadas con la llamada “magia de caza” o “simpática” y ritos de fertilidad.

Entre los dibujos de “La Pintada” se encuentran: hembras preñadas o animales machos siguiendo a las hembras; abundan las representaciones de cérvidos, burros y venados que debieron ser su presa principal. Todas estas figuras de animales y humanos, están artísticamente trazadas en colores amarillo, negro, ocre, naranja o blanco, colores en su mayoría de origen mineral, consistentes en óxidos de hierro y tierras calizas.

Esta zona es considerada patrimonio cultural por la confluencia de diversos grupos étnicos que plasmaron sus pinturas rupestres, consideradas como inéditas.