Esto queda de manifiesto en el tianguis semanal de los jueves que se lleva a cabo en la plaza central con un despliegue de color y de sabor, es por eso que es un buen lugar para adentrarte en la cultura zapoteca.

La mejor manera de conocerlo es a través de un recorrido de sus nueve barrios en donde se puede ver claramente el sincretismo de las culturas zapotecas y españoles. En cada uno de ellos, como la Soledad, San Jacinto, San José y el Niño, entre otros, hay un templo con un atrio y una plaza. La mayor parte de los templos presentan una decoración sobria y sencilla.

En la plaza principal, conocida como Plaza Juárez, se distingue la torre del reloj que se ha convertido en un ícono del pueblo, además de su característico kiosco y dos magníficas esculturas, “El Danzante de la Pluma” y “El Zancudo”.

Estando en esta plaza no puedes dejar de visitar los quiscos de las nieves que ofrecen una gran diversidad de sabores entre los que se cuentan la leche quemada, la tuna rojo y el kiwi.

También puedes caminar por sus calles y sorprenderte con su arte urbano en donde también se puede ver sus raíces indígenas.

Destaca por la cerámica de barro negro y su riqueza gastronómica. Cuenta con una gran variedad de restaurantes típicos en donde puedes saborear los sabrosos platillos regionales.

Zaachila tiene como atractivo principal la zona arqueológica que alcanzó su punto máximo entre 1100 y 1521 d.C. y fue la última capital del imperio Zapoteca, aunque para la época de la conquista las evidencias sugieren que se encontraba en poder de los mixtecos. La zona ha sido parcialmente explorada y comprende una gran pirámide y algunos montículos.

Lo más relevante son la Tumba 1 con ornatos de figuras de estuco que representan cabezas felinas, búhos, una figura humana cubierta con el caparazón de una tortuga y serpientes; y la Tumba 2 donde se encontró una rica ofrenda con objetos de oro y piedras preciosas.

Más información sobre la zona arqueológica