Es un pintoresco pueblo con un tranquilo ambiente.

Puedes pasear por sus calles empedradas y disfrutar de su paisaje montañoso.

Aquí se encuentra un templo del siglo XVI construido por monjes dominicos. En el interior puedes admirar bellas pinturas como “La Última Cena” y espléndidos retablos, también se destaca un bello órgano del siglo XVIII. Muy cerca se ubica una pequeña presa y varias caídas de agua.

Es la cuna de la bebida milenaria de los dioses “El Tejate”, bebida preparada a base de harina de maíz tostado, granos de cacao fermentado, semillas de mamey y flor de cacao, también conocida como rosita de cacao; con todos estos ingredientes se hace una pasta que se mezcla con agua. Se sirve frio en jícaras de barro rojo cuidando que cada una lleve suficiente espuma encima.

Cada año en abril se festeja la feria del Tejate.