Visitar la presa de Necaxa es toda una experiencia. La presa está rodeada de un frondoso bosque y puede disfrutarse con un paseo en lancha, así como de la pesca de mojarras y carpas. 

Fue construida en 1902 con el agua que provenía de los ríos Necaxa, Tenango y Xaltepuxtla. Se consideró un prodigio de la modernidad porfiriana, ya que cuando comenzó a operar, en 1905, fue la hidroeléctrica más potente del mundo.

En la orilla de la presa hay un hotel, miradores y varios establecimientos que ofrecen comida regional como: chalupas y mole poblano. También hay un agradable mercado de flores en donde podrás comprar coloridas plantas de ornato.