Se ubica en el Bolsón de Mapimí y es una de las regiones del país más misteriosa rodeada de muchos historias de fenómenos inexplicables. Su fama comenzó cuando cayó un misil norteamericano en esta zona y el hecho se atribuyó a fuerzas magnéticas.

Esta región del desierto duranguense la forma una extensión localizada a poco más de 65 kilómetros al este de Ceballos dentro de la Reserva de la Biosfera de Mapimí y abarca, la confluencia de Durango con los límites estatales de Coahuila y de Chihuahua.

Los fósiles marinos de hasta 60 millones de años, son testimonio del mar que existió entre las eras Mesozóica y Cenozóica.

Hasta ahora no se han podido verificar ninguna teoría del porque de los fenómenos singulares que ocurren en la zona. Sin embargo si hay algunos datos peculiares como que en ciertas áreas se observan fenómenos como la no propagación de ondas hertzianas, además de la frecuente caída de meteoritos y que en ésta región se presenta un curioso fenómeno que consiste en la interferencia de las ondas electromagnéticas, ocasionando puntos de silencio en las señales de radio.

Otras de sus peculiaridades es que aquí se da un extraño nopal morado y que la tortuga de Mapimí es la más grande de América del Norte.