Este volcán tiene una altura aproximada de 3,100 msnm, forma parte del Campo Volcánico de la Sierra Chinchinautzín y se ubica en las faldas del Ajusco. Su cono cuenta con un diámetro de 250 m y 50 m de profundidad.

Su última gran erupción se calcula que fue durante el año 76 d.C. dio origen a toda una zona conocida como el Pedregal. Además, de haber sido la causa de que se abandonara la ciudad prehispánica de Cuicuilco.

Este lugar está lleno de historias y leyendas, por lo que ha podido guardar un carácter místico. En la actualidad todo el volcán está cubierto de vegetación, por lo que si quieres descubrir el cráter, tienes que subir hasta la cumbre.

Para llegar a la cima hay senderos, aunque algunas partes son muy empinadas, especialmente cuando te vas acercando a las partes más altas. En el trayecto hay también algunas cuevas de lava.

El paisaje que ofrece la cima es extraordinario, por lo que tu esfuerzo realmente vale la pena. Puedes bajar a algunos de los túneles de lava y adentrarte en las profundidades del volcán, para lo cual tendrás que hacer trayectos cortos en rappel.

También puedes vivir la experiencia única de acampar dentro del cráter del volcán. Si esto lo haces durante los meses de verano tienes un atractivo adicional que son las miles de luciérnagas que te iluminan en la noche.