Es un monolito de roca caliza con paredes verticales y una vegetación siempre verde de pinos y oyameles. 

Contiene numerosas cuevas, dentro de las que se destaca la cueva de Olinteutli, que en náhuatl significa “señor en movimiento”. Su entrada se localiza en la ladera del cerro y en su interior fueron encontrados esqueletos, navajas de obsidiana y otros artefactos prehistóricos de la cultura tolteca. 

En el cerro hay una tirolesa de medio kilómetro de longitud, miradores escénicos, puentes colgantes y plataformas en árboles. Es un lugar ideal para practicar varias actividades recreativas.