Se realizó como parte de la celebración del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución Mexicana. Su proyecto buscaba rememorar la Zacatecas de un siglo antes, tomando como elementos sobresalientes a los conocidos “chacuacos”, que se representaron en forma de escultura.

Estos elementos rememoran lo que fueron las haciendas de beneficio hacia finales del siglo XIX en Zacatecas. Las piezas de cristal con una cortina de agua, ubicadas a los lados exteriores del estacionamiento rememoran lo que es la minería en Zacatecas.

El estacionamiento cuenta con 600 cajones, y se pretende que con esta obra se apoye la peatonalización paulatina del centro histórico.