Se trata de un espectacular géiser marino que se eleva a más de 30 metros sobre el nivel del mar, a la vez que produce un muy peculiar sonido, que le acarreó el ser llamado “La Bufadora”.

Es el segundo más grande del mundo en su género, después del de Hawaii, pues aunque existen otros en Australia, Tahití y Japón, ninguno de ellos es tan espectacular.

Fue formada por la acción del mar durante años horadando la roca hasta formar una caverna, la cual se puede ver durante las grandes bajamares. La tierra firme se deslizó formando una grieta bajo el nivel del agua que se comunica con un costado del cañón submarino.

Cuando una ola choca contra el cantil, una parte penetra por la grieta submarina e impulsa el aire del interior, el cual, al salir a gran presión por la boca de la cueva, que es muy estrecha y está situada sobre el nivel del agua, choca de abajo hacia arriba contra la parte de la ola que siguió su curso hasta el farallón con la potencia de su peso de varias toneladas, explotando y rugiendo hacia el exterior provocando una ola de más de 30 m de altura, así como un sonido característico que da origen al nombre de “La Bufadora”.

Puedes mirar este magnífico fenómeno desde una plataforma aunque tienes que estar preparado porque muy probablemente te vas a mojar. Dependiendo de la época en la que la visites, será más o menos fácil tener un buen lugar para ver el espectáculo natural.

También existe la posibilidad de ver el salto de agua, desde el lado opuesto al mirador, es decir desde el agua. Puedes alquilar paseos en lancha o kayak y observar el fenómeno natural desde otro ángulo.

Hay una tienda de souvenirs y un restaurantes con vista al mar.

Reserva ahora el tour para que puedas observar la potencia con la que el mar rompe contra las olas creando un chorro impresionante de más de 30 m de altura.