Cuando se construyó una capilla a la Virgen de Guadalupe a solicitud de Juan Alonso Martínez Peredo, maestro herrero y cohetero. 

El templo se dedicó en 1722 y su fachada muestra la modalidad innovadora del arquitecto Diego de la Sierra, que imprimió un singular carácter al barroco mexicano. En 1765 se construyó el colegio anexo que fue ocupado por mercedarias.

Todo el frente se decoró con azulejos en fajas horizontales en zigzag y sus basamentos están revestidos de ladrillo, sobre los cuales resaltan también tableros de azulejos.

La portada está elaborada en piedra en un estilo barroco sobrio con pilastras acanaladas. En la parte superior hay una balaustrada que delinea el conjunto.

En las torres se observan columnas salomónicas con gran profusión de ornatos en relieve. 

Por lo que respecta a las cúpulas también utilizan la fusión de la talavera y el petatillo de ladrillo.

El interior es más bien sobrio en un estilo neoclásico. Anexo se ubica la capilla dedicada a la Virgen Dolorosa.

Cada 12 de diciembre este santuario recibe a cientos de peregrinos.