Es una de las celebraciones más importante en el contexto de las tradiciones navideñas de México.

La celebración se remonta a los primeros años de la evangelización en Nueva España, en donde se cuenta que Tres Reyes de Oriente, montados en un camello, un caballo y un elefante, fueron guiados por una brillante estrella al lugar de nacimiento del niño Jesús para adorarlo y obsequiarlo con oro por ser rey, de mirra por ser hombre y de incienso por ser Dios. Por lo que en la tradición mexicana, son ellos quienes traen regalos a los niños.

De acuerdo a la costumbre, los niños escriben su carta a los Reyes Magos y la dejan en la ventana dentro de un zapato la noche anterior, para encontrar al día siguiente en ese lugar todos sus regalos.

Dentro de la tradición también se encuentra la Rosca de Reyes, costumbre que viene del siglo III, en tiempos del Imperio Romano, cuando su elaboración estaba asociada con la celebración de la Saturnalia, como se le conocía a las fiestas en honor a Saturno, dios de la agricultura y la cosecha.

En el siglo XII llegó esta tradición a la región española de Navarra, donde se solía preparar con un haba escondida. En el siglo posterior, la zona de Francia comenzó a cristianizar la rosca ya que se le asociaba con la celebración de la Epifanía, es decir, la adoración de los tres Reyes Magos al Niño Dios.

Con la conquista, y la posterior evangelización, los frailes españoles tomaron esta costumbre para cristianizar a las comunidades indígenas, ya que se relacionó con varios símbolos religiosos. Su forma circular representa el amor infinito a Dios; el azúcar y las frutas cristalizadas que decoran la rosca simbolizan las joyas de las coronas de los Reyes Magos; mientras que la figura del niño escondida se relaciona con la forma en que María y José escondieron a Jesús para salvarlo de la matanza de Herodes.

Con los años y la mexicanización de la tradición, la Rosca de Reyes también se asoció con otra festividad, el Día de la Candelaria, ya que quien encuentre al muñeco en la rosca deberá vestir una figura representativa del Niño Dios para llevarlo a bendecir en la iglesia y después de dicha ceremonia, se realizará un convivio con tamales y atole.

Actualmente, la partida de rosca es una agradable reunión familiar y de amigos, así como la convivencia del día de la candelaria.