Se considera que esta colonia se inició a partir de 1902. En sus primeros años sirvió de sede de un hipódromo porfiriano del cual sólo queda el trazo de la avenida Amsterdam. Hacia 1927 comienza a poblarse rápidamente con casas y edificios a la moda Art Decó, parques y avenidas arboladas, que le otorgaron una atmósfera sofisticada que perdura hasta nuestros días.

Hasta los años 50 fue zona exclusivamente residencial, apenas salpicada de pequeños comercios. A partir de entonces se construyó el Palacio de Hierro Durango y numerosos edificios de oficinas.

En los noventa se aceleró el cambio en la fisonomía y carácter de la colonia con la apertura de decenas de restaurantes y cafés con mesas sobre las banquetas, lo que unido al gran número de intelectuales que viven en el rumbo, ha dado a la colonia un aire cosmopolita.

El punto central de la Colonia es la calle de Amsterdam con su forma elíptica que obedece a que rodeaba al antiguo hipódromo con sus tres agradables plazas en donde se puede disfrutar del ambiente del lugar. También son importantes las calles de Nuevo León y Tamaulipas por su concentración de establecimientos culinarios y comerciales.

Actualmente, ofrece un gran número de bares, restaurantes con diversas opciones gastronómicas, galerías, tiendas y boutiques que la convierten en algunos de los barrios más atractivos de la ciudad.