Forma parte del conjunto del convento y templo de San Francisco. 

Fue remodelada a principios del siglo XIX en un claro estilo neoclásico con cuatro grandes columnas dóricas que sostienen un dintel en forma de frontón. 

La remodelación del interior corrió a cargo del famoso arquitecto Eduardo Tresguerras y se destacan los altares laterales y el principal donde hay seis columnas estriadas y seis pilastras. En el centro se encuentra la imagen de la Purísima Concepción que es la Patrona de la ciudad.

También en el interior se pueden observar imponentes murales como “La Resurrección de Lázaro” y “El Juicio Final”.

A principios del siglo XX sufre un incendio, por lo que nuevamente hay cambios en su estructura y se agrega un magnífico órgano alemán.