Es una construcción que data de 1880 y tiene un estilo neoclásico. 

Está considerada como uno de los templos más elegantes y bellos de la ciudad.

Es el único templo del centro que conserva un atrio de cantera. Cuenta con un barandal de cantera y metal, decorado con figuras de flores y relieves curvos.

Debido a una explosión que ocurrió en los años cuarenta, se perdió su torre pero aún así su arquitectura es muy armónica.

En su interior se destacan los grandes candelabros de cristal y su enorme cúpula tiene estrellas pintadas. En las paredes se pueden ver pinturas que narran las apariciones de la Virgen de Guadalupe.

En el altar principal está una bella imagen de la virgen en medio de columnas de estilo griego.