Es sede del poder ejecutivo y de la Secretaría de Gobernación del Estado.

Su nombre se debe a su antiguo propietario Don Juan Martínez de Aguayo que compró el inmueble en 1644 y lo utilizó como un lugar para almacenar granos y fue ocupado también por cerdos.

La espléndida construcción sobresale por sus armoniosas dimensiones. La monumental construcción consta de un patio y su fuente central delimitados por dobles arcadas de piedra gris.

Fue sede de un colegio que estuvo en manos jesuitas hasta la expulsión de éstos en 1767. En 1790 se incorporó al Colegio Carolino. Más tarde se le dio al inmueble varios usos, fue escuela, cuartel militar y bodega de una firma cervecera. En 1967, el gobierno estatal rescató el edificio y estableció allí sus oficinas centrales.

A pesar de las modificaciones realizadas la fachada conserva elementos del siglo XVII como los arcos y la pila.