Construido por los dominicos en el antiguo barrio de los indígenas Tsotsiles y Quichés. 

Su nombre significa “tierra roja” y esto se debe a que el suelo de esta región es preponderantemente rojo.

Cuenta con planta de una nave con capilla lateral, techo a dos aguas con el sistema de artesonado y dobles vigas tirantes de madera. 

La fachada es de tres cuerpos horizontales y tres calles verticales con sencillas pilastras lisas. 

En el altar, neoclásico, se venera el Dulce Nombre de Jesús y en la capilla lateral a la Virgen del Rosario. Sobre los muros interiores se pueden apreciar varias e interesantes pinturas coloniales.