Este convento fue edificado por los agustinos a principios del siglo XVII.

Parece ser que se construyó sobre el basamento de una pirámide prehispánica.

En un principio dependió del monasterio de San Agustín en Jonacatepec y posteriormente del de Zacualpan.

El templo es de una sola nave y está orientada hacia el oriente. Su fachada es sencilla y se pueden distinguir algunas decoraciones.

En su interior el templo tiene un ambiente lúgubre por no contar con mucha luz y tener muchas imágenes, altares y esculturas.

El claustro consta de una sola ala con cuartos casi totalmente abandonados. Nunca fue terminado y todavía se distinguen algunos vestigios de las primeras construcciones.

El atrio todavía se puede distinguir y está lleno de tumbas de diversas épocas.