La Reserva se ubica en el noroeste de México en el estado de Sonora, justo debajo del estado de Arizona. Es una de las formaciones terrestres más visibles en América del Norte, tanto que puede identificarse desde el espacio. Se compone de un sistema volcánico conocido como Santa Clara, con 400 conos volcánicos de diferente forma, tamaño y complejidad. El área que ocupa el escudo volcánico de la Sierra del Pinacate, representa el 32%, mientras que el campo de dunas móviles y fijas cubre más de las tres cuartas partes de la superficie total de la Reserva.

El aspecto más espectacular de la zona volcánica es el de los diez cráteres distribuidos alrededor del campo de lava que recuerda un paisaje lunar. Estos cráteres gigantes son el resultado de una actividad freatomagmática, es decir, aquella actividad volcánica explosiva producida por el contacto del magma con agua subterránea superficial que da como resultado explosiones de vapor muy poderosas.

Recorrer esta área protegida de 714 556 ha (mayor a varios estados de la República como: Aguascalientes, Colima, Morelos y Tlaxcala), es toda una aventura. Su camino pedregoso transcurre entre flujos de lava y rocas oscuras de formas caprichosas, rodeadas de cardones, sahuaros, choyas y arbustos de mezquite, palo verde y palo fierro.

El cráter El Elegante, el más visitado de todos porque los vehículos pueden llegar casi hasta su borde. El Tecolote y el Cono Rojo son las dos áreas de campamento dentro de la reserva en las que inclusive es permitido pernoctar. El Tecolote se encuentra en medio de los cráteres El Elegante y El Colorado y cuenta con un sendero interpretativo que te lleva por el Cono y cráter Mayo. El Cono Rojo es el punto de partida para el sendero que te lleva a la cima del Pico Pinacate o Volcán Santa Clara, que es el punto mas elevado de la Sierra, sobrepasando los 1,200 metros sobre el nivel del mar; para éste último existe un reglamento especial ya que se considera como un sendero de alta dificultad y se requiere de un vehículo doble tracción o llantas todo terreno.

Es impresionante también el paisaje de las dunas vivas, de variadas formas que llegan a sobrepasar los 200 metros de altura. Las formaciones de dunas lineales, parabólicas y estrelladas contrastan con una serie de macizos graníticos de hasta 650 metros de altura que emergen como islas del mar de arena circundante.

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