Este monolito esta considerado el tercero más grande en el mundo con una altura de 350 metros. Es una formación de lava resultado de un nacimiento de un volcán hace 8.7 millones de años. 

Este era un sitio sagrado tanto para las culturas chichimecas como la otomí. De hecho, cada 4 de mayo los descendientes de estas culturas realizan una procesión para llegar hasta la cima de la roca. Esta tradición viene de que se cuenta que, justo en la cima, los antiguos chichimecas veneraban a una cruz prehispánica labrada en piedra con un círculo en el centro, hasta que llegaron los españoles y colocaron una cruz diferente que trajeron de Europa.

La cruz cambió pero no el significado, por lo que siguen subiendo cargando una cruz de madera que pesa aproximadamente 85 kilos, incluso la suben los últimos 45 metros que son prácticamente verticales.  

Es toda una tradición que ha sido inscrita en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO.

La Peña de Bernal se ha convertido en todo un reto para los amantes de la aventura y cuenta con cuatro rutas para escalar y ofrece desafíos como un rappel de hasta 60 m. Si no eres de los que te gusta la adrenalina hay un sendero pero solamente llega hasta la mitad. Si quieres continuar tendrás que hacerlo con la ayuda de un guía y un equipo especial ya que la pendiente se torna casi vertical.

Al llegar a la cima del monolito tendrás una vista panorámica inigualable de la Sierra Gorda.