Es un auténtico oasis en el desierto que alberga una amplia biodiversidad de especies vegetales y animales. Se construyeron en unos llanos, en donde antiguamente se reunían algunas personas a jugar beisbol y consta de 22 ha.

Su nombre hace alusión al príncipe de las flores, la primavera, el amor y la danza.

Ofrece pistas para correr, áreas de juegos infantiles, canchas para deportes de conjunto, dos pistas de arcilla de más de 2,400 m, área para gimnasia, auditorio al aire libre, así como jardines botánicos rodeados por pintorescos lagos y fuentes.

El parque tiene más de 30 juegos infantiles y un tren llamado “Harold-Ito” que realiza una ruta escénica recorrido dos kilómetros del parque en donde se descubren cascadas, túneles y muchas más sorpresas. La estación del tren recuerda las antiguas estaciones de esa región.

Además, ofrece una dosis de adrenalina con una divertida tirolesa.

También cuenta con una serie de eventos culturales y artísticos, ya que cuenta con teatro al aire libre y un kiosco donde se llevan a cabo conciertos, obras de teatro, festivales, presentaciones de danza y recitales, entre otros. A un costado de la cascada y el lago, se localizan replicas de 24 piezas arqueológicas pertenecientes a distintas culturas prehispánicas.