Se aloja en un bello y majestuoso edificio barroco que fue construido entre 1705 y 1775.

La fachada del edificio es de cantera labrada y sus ventanas y puertas están enmarcadas con bellos dinteles. Desde sus balcones en el segundo piso puede apreciarse la Catedral y la Plaza de Armas.

El patio está rodeada de arcadas y tiene una fuente en el centro. Entre cada uno de los arcos hay gárgolas que tienen como función recoger el agua de la lluvia. También se destaca su monumental escalera con un arco colgante en el que aparece el logotipo del museo.

Su colección se reparte en 12 salas. Una de ellas está compuesta por una sección dedicada a la ecología michoacana y cinco a la historia del estado, desde la época prehispánica hasta el cardenismo, pasando por la colonia, la independencia, la reforma y el Porfiriato.

Dentro de la exposición se destacan: los códices coloniales tempranos y el cuadro conocido como El Traslado de las Monjas que data de 1738, que es un testimonio histórico, sociológico y etnográfico.

En los muros de la escalera hay un gran mural del maestro Alfredo Zalce y los corredores de la planta alta lucen pinturas de Federico Cantú y Grace Greenwood, entre otros.

Cuenta con visitas guiadas y un auditorio en donde se llevan a cabo conferencias relacionadas con la historia regional.