Es un lugar sumamente interesante porque es una casa construida en una sola piedra.

Cuenta la leyenda que en 1538 Fray Bernardo Quezada quiso unirse a la orden de los agustinos y se le encomendó como penitencia construir su propia vivienda. 

Hay algunas otras versiones que cuentan que esta casa fue construida por un prófugo de la justicia.

Dentro de las leyendas del lugar se dice que también albergó a Chucho el Roto, uno de los ladrones más famosos del siglo xix, que se dedicaba a robar a los ricos para ayudar a los pobres.

La casa está construida aprovechando una gran piedra de 10 metros de largo por cinco de diámetro; más que construida, la casa está esculpida. Cuenta con dos cuartos excavados en la roca con muebles y un pequeño altar.