Es llamado el tesoro escondido de la costa esmeralda de Yucatán. Es una encantadora villa de pescadores en la costa noreste de la Península de Yucatán dentro del Parque Nacional de Ría Lagartos.

Uno de sus principales atractivos es que de enero a septiembre llegan a esta región más de 20,000 flamencos rosados para reproducirse. Este santuario natural también es hogar de la Tortuga Marina la cual visita el área entre junio y agosto, y de más de 250 diferentes especies de aves.

En esta pequeña comunidad se puede disfrutar de un ambiente típico y tranquilo conviviendo con la naturaleza.

Dentro de la Reserva de Ría Lagartos hay bosque tropical y palmas reales, plantaciones de coco y majestuosos árboles de la Ceiba, el árbol simbólico de Yucatán. De hecho, este paisaje recuerda el pleistoceno cuando los dinosaurios aun gobernaban el mundo.

Para llegar a El Cuyo, se debe cruzar el camino sobre el cauce de Río Lagartos, arriba de una laguna roja donde el color resulta de una alta concentración de sal. Esta laguna separa a El Cuyo de la tierra firme del resto de Yucatán.

El faro que está construido sobre los restos de viejas ruinas mayas, da la bienvenida al visitante.

Puedes recorrer las principales calles de El Cuyo en tu carrito de golf, conocer la avenida principal, el faro, los murales y el puerto pesquero.

Debido a que sus playas son casi desiertas es fácil encontrar una gran variedad de conchas y caracoles de mar y son un lugar ideal para contemplar los atardeceres.