Rodeado de abundante vegetación, su nombre se debe a su color oscuro y el cenote más pequeño de los cuatro que hay en la Laguna de Bacalar. 

Cuenta con un diámetro de 130 m y la profundidad cambia de metro y medio a casi 100 m, ya que es un precipicio natural. Aquí la flotabilidad se ve afectada por la fuerte presión del agua, por lo que es aconsejable que tengas precauciones cuando te acercas al lado profundo del cenote. 

También se le conoce como Cenote de la Bruja debido a una leyenda de los locales que cuenta que en los márgenes del cenote una anciana, a la cual le atribuían más de cien años de edad, tenía una casa rodeada de muñecas. Debido a la urbanización del lugar fue preciso desalojarla ya que en estos terrenos se construiría una escuela. Sin embargo, fue difícil sacarla de estos terrenos y al final lanzó un conjuro en el cual decía que todos los que pisarán este terreno caerían enfermos o incluso perderían la vida. Los locales tomaron muy en cuenta este hechizo y realizaron toda una serie de rituales para deshacerlo.  

Puedes llegar en lancha, velero, auto o hasta en bicicleta, ya que la entrada principal da a la Avenida Costera.

En el cenote puedes bucear pero necesitas ir acompañado por un guía profesional; en la inmersión podrás encontrar caprichosas formaciones rocosas, pequeños cañones y murallas.