Es un enigmático lugar rodeado de leyendas. Su nombre se debe a que cuando hay mucho sol, en la pendiente que ocupa uno de los lados del cenote, se forma la silueta de un cocodrilo y la luminosidad en la piedra le da un color dorado.

Los visitantes pueden nadar o bien aventurarse en la selva con algún guía que los lleve a explorar algunas de las cavernas cercanas. 

El cenote se encuentra rodeado de una serie de colinas con pronunciados riscos, hay un farallón de 75 m de altura, donde los más osados podrán practicar el rappel.