Sus principales afluentes son los ríos Extóraz y San Juan y se ubica en un cañón que se va haciendo estrecho conforme se avanza en medio de impresionantes paredes que llegan una altura de hasta 900 m. 

Es todo un espectáculo ver las diferentes tonalidades de verde del río rodeado de un exuberante vegetación y esculturas rocosas que parecen verdaderas obras de arte de la naturaleza. 

Aquí se puede practicar la pesca de diferentes especies, como: pez amarillo, bagre, tilapia, acamaya, escama y truchas. También se puede acampar en la ribera, pero es necesario atender el llamado del ” trueno ronco” sonido que los lugareños identifican cuando se aproxima una tormenta, porque resulta riesgoso quedarse en la zona, por lo que es mejor visitar este lugar en temporada que no sea de lluvias.

Otra de las consideraciones importantes en caso de acampar cerca de las riberas, es que el nivel del río puede subir considerablemente en cuestión de minutos, ya que al anochecer el caudal se incrementa al subir la energía generada en la Central Hidroeléctrica de Zimapán.

Recorrer el río es para los aventureros de corazón ya que no es una ruta turística y no hay facilidades.