Se cuenta que en una vieja casona vivía un matrimonio, una criolla y un caballero español y en su época de noviazgo él le había obsequiado un anillo engarzado con un hermoso diamante negro. El caballero tenía un amigo con quien en su ausencia su esposa traicionaba al noble español.

En un viaje la dama fue a casa del amante y se quitó el anillo de su dedo y lo olvidó en la recámara.

Cuando el esposo llegó, se dirigió primero a visitar a su amigo, lo encontró durmiendo en su habitación y ahí vio la joya de su esposa.

De manera disimulada tomó la joya y se despidió de su amigo. Al llegar a casa, llamó a su bella esposa y al besarle la mano comprobó que no tenía el anillo, en un momento de rabia, empuñó su daga en el pecho de su mujer y dejó sobre su cuerpo el anillo de diamante negro.

En la actualidad se ha convertido en uno de los callejones más tradicionales de la ciudad, que se caracteriza por sus murales y por los diversos establecimientos de cafés, puestos de venta de artesanías y librerías.

Aquí puedes adquirir un bello souvenir y si te sientas en uno de sus cafés tendrás la oportunidad de vivir un ambiente único.