Se localiza frente a la Macroplaza y a un costado de la Catedral en pleno corazón de la ciudad y contrasta con la modernidad que impera en Monterrey.

Esta zona esta conformada por casas que datan del siglo XVIII y XIX y que se han renovado para darles una gran diversidad de usos. A lo largo de estas pintorescas calles, encuentras bazares, boutiques, galerías, tiendas de antigüedades, bares con sabor bohemio y sofisticados restaurantes gourmet. En las noches, las calles se iluminan con faroles que recuerdan otras épocas.

Al recorrer las calles empedradas, podrás ver que algunas de las casonas tienen placas en sus fachadas en donde se especifica quien las habitó y por supuesto muchas de ellas, tienen sus respectivas leyendas.

Tal vez, una de las más conocidas es que se dice que en las madrugadas se escuchan los cascos de los caballos de un carruaje, aunque si preguntas a los lugareños, te contarán muchas más.

Dentro de las casonas que te recomendamos visitar esta la Casa de las Águilas que actualmente es el Instituto de la Mujer y que fue un cuartel de los americanos durante la invasión estadounidense de 1845.

Otra de las casas imperdibles es la Casa de los Títeres, en donde podrás observar una importante colección de títeres y un pequeño teatro en donde se llevan a cabo representaciones.

Dentro del barrio se encuentra el Museo Estatal de Culturas Populares que exhibe una importante colección de textiles y cerámicas provenientes de todo el país.

Es un lugar muy animado con una floreciente vida nocturna en donde encontrarás cervecerías, clubes con diferentes tipos de música, bares y restaurantes.

Los domingos, en la calle de Mina, se ubica una especie de tianguis en donde diversos escultores, pintores, fotógrafos, anticuarios y artesanos exponen sus trabajos, muchas veces acompañados por músicos locales, lo cual le da un carácter y ambiente único. Es un paseo realmente para disfrutarse.